Además de analizar porqué no hay que depositar cristal en los contenedores de vidrio, o porqué los aerosoles deben eliminarse de la cesta de la compra, y en todo caso depositarlos vacíos en el contenedor amarillo, se han replanteado sus estilos y ritmos de vida, que sienten tan “rápidos” como los del resto de la sociedad.
También han elaborado nuevos objetos a partir de envases vacíos y han compuesto villancicos sobre el reciclaje para las próximas navidades.
Las conclusiones de los talleres se orientan a formular un código de buenas prácticas sobre la reducción-reutilización-reciclaje de residuos de envases en distintos ámbitos concretos y próximos: el propio hogar, el vecindario, el Centro de Día, etc.